16.11 Williams, Tradición y hegemonía – Versión de Ixchel Uribe

Bitácora de la sesión del 16 de noviembre de 2012
Bitácora versión de Ixchel Uribe Alcántara

La sesión se desarrolló en torno a dos conceptos que analiza Raymond Williams: hegemonía y tradición selectiva.

La definición tradicional de hegemonía  se refiere a la dirección o dominación política de una clase dirigente, por grupos que tienen en sus manos el poder. Hegemonía e ideología son conceptos distintos, pero que se relacionan. Retomando las categorías de Gramsci, dominación es una coerción directa sobre objetos y personas, en la cual se pueden identificar a los opresores. En cambio, la ideología y la cultura son formas de dominación indirecta, que podemos englobar bajo el término de hegemonía.

Si la hegemonía es entendida como ideología (como un sistema de creencias), este concepto resulta atractivo pues abstrae distintas situaciones para unir a individuos concretos, pero esta abstracción provoca que se aparte al individuo concreto. Por otra parte, se pone de manifiesto que la hegemonía es superior a la ideología en tanto que hegemonía es el resultado de la suma de la ideología y las prácticas de los individuos que la justifican.

Si se considera a la hegemonía como igual a la cultura (entendida como prácticas, ideas sobre la vida, el amor, etc.) se puede caer en una trampa, pues estos conceptos son bastante amplios y distintos. Hablar de una cultura u otra supone que no hay relación de dominación, a diferencia de la hegemonía en donde esta relación se encuentra presente.

El concepto de hegemonía puede despertar el espíritu crítico de la relación de dominio, y por ello es más útil que el de manipulación o ideología. La hegemonía busca relaciones totales, no es homogénea, estática, ni abstracta. El problema de usar el concepto de ideología es que abstrae a individuos concretos por lo que para que el concepto sea adecuado debe concentrarse en individuos concretos.

La hegemonía se renueva a través del tiempo y es necesario conocer su contexto. Las prácticas que controlan lo social se encuentran con la resistencia de otros grupos, pues no hay ninguna ideología que sea absoluta: siempre vamos a encontrar hegemonías alternativas o contra-hegemonías. Sin embargo; el verdadero problema es responder a la pregunta sobre cómo se distingue cuando una práctica responde a una hegemonía o contra-hegemonía, esto es, cómo saber si la contra-hegemonía no favorece al sistema. Asimismo la cultura dominante limita las formas de contracultura.

El marxismo ortodoxo rechaza el concepto de tradición, aunque para Raymond Williams la tradición ejerce presión sobre la hegemonía. Los acontecimientos y hechos del pasado son seleccionados, en función de los que son relevantes para la hegemonía. La tradición oculta los intereses de la dominación, la selección histórica se verifica en la práctica. Tanto la hegemonía como la tradición selectiva son armas para el análisis crítico del presente.

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