5.10 Mannheim, El concepto total de ideología – Versión de Fernanda García

Bitácora de la sesión del 5 de octubre de 2012
Versión de María Fernanda García Murillo

El inicio de la sesión, consistió en la formulación de preguntas sobre la lectura del segundo capítulo de la obra de Karl Mannheim: “Ideología y Utopía”. El término noología se diferencia del de epistemología: la epistemología (del griego episteme, conocimiento o ciencia) es referente a la teoría del conocimiento, mientras que la noología (del griego nous, intelecto) es la teoría del intelecto. De manera que las cuestiones epistemológicas remiten al modo en que se adquiere el saber (por contraste con la opinión o la ignorancia), mientras que las cuestiones noológicas estructuran una perspectiva intelectiva de las cosas (por oposición con la sensibilidad o la intuición).

En esta sesión se desarrollaron varios puntos relacionados al texto, y uno referente a la sesión anterior que había quedado pendiente.
  1. La relación entre política y ciencia
  2. El sentido particular y total de la ideología
  3. La crítica de la objetividad
  4. El salto cualitativo

1. La relación entre política y ciencia

Como se mencionó en la clase previa, la multiplicidad de perspectivas de los individuos sobre un objeto, provocó disputas tanto en el orden social como en el filosófico. Hasta el siglo XVI, la concepción que el hombre tenía de la realidad estaba determinada por la existencia en sí misma. Sin embargo, pensadores como Descartes afirman que en realidad es el pensamiento del sujeto el que dicta la forma de ver el mundo.

En la Reforma Protestante, esta transformación se vio reflejada al subjetivar la relación de los hombres con Dios. Consecuentemente, la institución religiosa se debilitó y perdió el carácter de dirigente de la sociedad; el cual es retomado por el Estado. La forma en la que el Estado buscó legitimarse como institución objetiva, fue por medio de la ciencia.

En esta relación, el objeto tradicional de especulación de la ciencia, se trasladó a los intereses de la vida práctica; por tanto Karl Mannheim afirmó que el conocimiento estaba en función de las condiciones sociohistóricas. Una vez que la política encontró sustento en la racionalización, los individuos comenzaron a descalificar las creencias de sus adversarios, la cual es una de las actividades predilectas en la filosofía contemporánea.

2. El sentido particular y total de la ideología

En un principio Mannheim postula que la ideología tiene dos sentidos, uno particular y otro total. La noción particular de ideología, que surge a finales del siglo XVIII y principios del XIX, postula que, a partir de los criterios comunes de verdad que compartimos, podemos demostrar dos cosas: que ciertos aspectos de la percepción del otro son erróneas, o que éste intenta engañarnos.  Estos equívocos no están dados por sí mismos, sino que se basan en los intereses personales que tiene cada individuo.

Para mayor entendimiento del punto anterior, el profesor enunció el siguiente ejemplo: “En el desacuerdo en cuanto a las encuestas entre Andrés Manuel López Obrador y las televisoras, ambas partes aceptan criterios de validez semejantes: ambos conciben que la opinión social puede ser medida y que estas encuestas deben ser limpias y legales. De estos criterios, cualquiera de las partes puede afirmar que existió un intento de engaño por parte del adversario.” De esta manera, se observa que el sentido particular de la ideología denota el interés en los individuos desde una perspectiva psicológica de la realidad.

La noción total de la ideología pone en tela de juicio la perspectiva noológica, ya que cuestiona el conjunto de las estructuras mentales que tiene un grupo para percibir la realidad. En su ejemplo, el profesor hizo mención de que el arma argumentativa de los movimientos socialistas del siglo XIX, fue sostener que ciertas formas de pensar estaban sujetas a las condiciones de clase.

El antecedente a estas nociones de ideología fue la desconfianza misma ante lo que dice y hace el hombre. Sin embargo, hasta que esta desconfianza es socialmente determinada y sistematizada, se puede tratar como ideología.

Transición de las formas particulares a las formas totales de la ideología


Como se ha planteado anteriormente, el antecedente del cambio filosófico en el siglo XVIII, ha sido una suerte de “trastorno social”; el cual es el único factor que permite una crítica total sobre la forma de pensar lo social.

Los pasos históricos de esta transición fueron los siguientes:

a) La filosofía de la conciencia, la cual  enfatizó  las estructuras del sujeto y formuló que son estas las que determinan propiamente al mundo. De manera referencial el profesor hizo alusión a dos estructuras que Immanuel Kant postula como trascendentales en el conocimiento del mundo, las cuales son espacio y tiempo.

b) Adquisición de conciencia histórica. Esto permitió analizar los actos humanos con relación a su situación socio-histórica, lo que a su vez produjo conciencia de que las formas de percibir la realidad están determinadas históricamente.

c) Concepto de clase. Es el resultado final de haber adquirido conciencia sobre el conocimiento, concebido la historia de esa conciencia, y reconocido los intereses antepuestos en ella, los cuales se relacionan a una clase social determinada.

Este marco teórico, nos remite a que la fusión de los sentidos de la ideología, permite observar y contraponer  las distintas visiones de clase.

3. Crítica de la objetividad

El antecedente de tal crítica ideológica, era –al parecer– la existencia de falsos profetas que habían llevado a la humanidad por el camino de la ignorancia. Sin embargo, Mannheim señala que en lugar de este falso supuesto, el verdadero antecedente fue el comienzo de la sistematización de la duda respecto a la creencia de los demás. El pragmatismo en la política permitió identificar  formas de vivir que no se ajustaban a la realidad, lo que en otras palabras denominamos falsa conciencia. En consecuencia surgieron inquietudes acerca de la realidad misma, lo que significó el punto más alto del análisis en la crítica de la ideología: la así llamada “paradoja de Mannheim”.

Esta paradoja consiste, en que aquella formulación con la que podíamos atacar las bases filosóficas del contrario, se convierten en un arma de doble filo que se vuelve en contra nuestra y nos desacredita de la misma forma. De esta manera, el profesor mencionó el caso del comunismo, cuya defensa dejó de pertenecer únicamente al proletariado y pasó a manos capitalistas que acusaron a los obreros  de ideologizados.

4. El salto cualitativo

El salto cualitativo es una expresión referente a Hegel, que consiste en que una adición cuantitativa resulta en un cambio sustantivo. Este fenómeno se dió cuando la crítica total de ideología como arma, estuvo al alcance de todos los hombres. Sin embargo, ello necesitaba que el sujeto tuviera la  propia noción de estar determinado socio-históricamente. Por consiguiente, Mannheim hace una distinción entre la crítica especial de la ideología y la crítica general. La primera refiere todo lo planteado anteriormente: la posibilidad de denunciar los supuestos e intereses en una determinada afirmación. Para la crítica general, toda forma del pensamiento está sujeta a un contexto, incluso el propio pensador.

Aquello que Mannheim denominó como “Sociología del pensamiento” se trata de la crítica de la ideología en su sentido total y general. Es así necearia una teoría no valorativa de las situaciones, que enuncie la relación de la forma de pensamiento con las condiciones sociales. De tal manera, esta práctica hace a un lado las desacreditaciones anteriores y la idea de falsa conciencia, para considerar que las múltiples percepciones de la humanidad son conocimiento. Sin embargo, los intentos por hacer un análisis no valorativo inducen a que este sea ineficaz al momento de clarificar situaciones que tradicionalmente se muestran como falsa conciencia: por ejemplo, las formas de glorificación del pasado, la desaparición de una conciencia que originó un orden social y las explicaciones que no pueden correlacionarse con una situación.

Para finalizar esta sesión, el profesor mencionó que la conclusión final (en este apartado) de Mannheim sobre su sociología del pensamiento fue la de ajustarse a los términos de realidad.

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