Resumen. Van Dijk, Ideología 10-13 – Versión de Rebeca Vargas

Teun van Dijk, Ideología, Una aproximación multidisciplinaria, Barcelona, Gedisa, 1999, capítulos 10-13, pp.133-174.
Resumen y síntesis de Rebeca Vargas Martínez

Síntesis

En estos capítulos de Ideología. Una aproximación multidisciplinaria, Van Dijk explica la relación entre la ideología y la sociedad y cómo éstas se llevan a los grupos. Se explica qué es el sentido común y cómo es que éste es o no equivalente a la ideología. Se plantea el problema sobre el conocimiento y, sobre si éste se puede adoptar como una creencia o ideología, y también sobre cómo distinguir un conocimiento de una opinión. La identidad es un aspecto muy importante, ya que se relaciona con una identidad de grupo y una identidad social, y cómo es que una persona se puede llegar a sentir “identificada”. Por último, nos habla de lo importante que es la cognición social, ya que gracias a esto podemos procesar las dimensiones sociales para uso propio.

Resumen

Sentido común


Al sentido común se le asocia a menudo con el concepto de hegemonía de Antonio Gramsci, que es cuando un grupo acepta la ideología de un grupo dominante y sus ideologías se vuelven creencias “naturales”. Para Alfred Schütz, el sentido común es definido simplemente en términos de conocimiento social implícito que los miembros de un grupo dan por sentado en sus prácticas sociales diarias. Todas estas creencias son aceptadas por las personas que las sostienen, y por ello se volverán útiles para todo sentido práctico.

Una implicancia importante de la noción de conocimiento “dado por sentado” para el estudio del discurso, es que ese conocimiento tiende a ser presupuesto. Es decir, esas creencias no son formuladas explícitamente, sino incorporadas sin cuestionamientos en nuevas afirmaciones sobre la realidad social. Por esta razón, los estudios contemporáneos de las ideologías tienden a enfatizar la naturaleza implícita, dado por sentada, de sentido común, de las ideologías como “experiencias vividas” cotidianamente por los grupos y sus miembros.

La definición de sentido común es sólo otro término para el conjunto de creencias sociales. Este conocimiento es directo, inmediato, irreflexivo, no teórico y no científico, pero está basado en la observación o las experiencias diarias. En la mayoría de las sociedades modernas no existe un sentido común “puro”, sino más bien una diferencia con respecto a métodos de observación, pensamiento, evidencia y criterios de verdad explícitos y científicos. Los conocimientos y opiniones específicas de un grupo pueden lentamente integrarse o ser excluidas del terreno común cultural. Dependiendo del contexto y del grupo social, las ideologías pueden ser más o menos conocidas y utilizadas explícitamente en la conducta de la vida diaria.

Si se identifica el sentido común con las creencias generales de una cultura, y si las ideologías, como fundamento de creencias de grupo específicas, están basadas en dicho terreno común cultural, las ideologías mismas no son una forma de sentido común. Las ideologías tal como se las definió, no deberían identificarse con el sentido común, sino con el sentido no común o falta de sentido.

Conocimiento y verdad


La ideología está caracterizada, en términos de sentido común, como las creencias que se dan por sentadas y, en general, como visiones ingenuas de la vida cotidiana que pueden estar en desacuerdo con el conocimiento producido por la erudición “objetiva”. Todo conocimiento es social y culturalmente relativo dada la naturaleza histórica y culturalmente variable de los criterios de verdad que forma la base de dicho conocimiento.

En el mundo ordinario, simplemente se admite que las cosas y los hechos existen: sepamos o no sobre ellos, se da por sentado la existencia de la mayor parte de los objetos, la verdad de muchos hechos, de sus culturas y del mundo cotidiano. El relativismo lógico implica aquello que los miembros de los grupos saben que es una función de su ideología. La mayor parte del conocimiento que tiene la gente de diferentes grupos es parte del terreno común cultural y, por lo tanto, indiscutido y dado por sentado.

El conocimiento que depende del grupo no es conocimiento, sino opinión. Algunas veces se utiliza “opinión” para referirse a las creencias “fácticas” que según los otros consideran falsas. Las creencias solamente se aceptan como verdaderas si nosotros (también) las aceptamos como verdaderas. Pero apenas el conocimiento es expresado socialmente por un grupo ideológico, será degradado a creencia por los otros. Podríamos además especificar que cualquier creencia, incluyendo las creencias fácticas, que implique un juicio de valor, puede convertirse por eso en una creencia evaluativa u opinión para los otros.

Las ideologías están definidas por grupos y presuponen intereses de grupos diferentes dentro de la misma comunidad. Los miembros del grupo dominante mayoritario pueden sentir que cualquier conocimiento y criterio epistémico definido por grupos minoritarios será tendencioso.

Las ideologías en general controlan las actitudes de grupo, es decir, las creencias evaluativas, pero también las creencias fácticas específicas pueden definirse como conocimiento dentro del grupo. Las ideologías controlan los juicios específicos del grupo sobre lo que es bueno y malo, y también sobre lo que es verdadero o falso para nosotros.

Identidad


Tan pronto como un grupo ha desarrollado una ideología, esa ideología define al mismo tiempo la base para la identidad del grupo, las identidades de grupo pueden ser más o menos abstractas y desligadas del contexto, del mismo modo que lo son las representaciones sociales. La traición es, literal o al menos simbólicamente, una ofensa capital para muchos grupos; la identificación fuerte y la cooperación usualmente serán evaluadas positivamente en términos de solidaridad y lealtad.

Tenemos, sin embargo, que distinguir entre identidad social e identidad personal. La identidad social es la representación del sí mismo como una colección de pertenencias a grupos y como los procesos que están relacionados con tales representaciones de pertenencia. Cuando la pertenencia es principalmente ideológica, el disenso ideológico habitualmente implica abandonar el grupo por completo cuando las opiniones en disidencia de un miembro son inconsistentes con las del grupo como un todo. Las ideologías son esencialmente compartidas y, por lo tanto, necesitan ser definidas a nivel de grupo. Los grupos comparten también una representación social que define su identidad o “sí mismo social” como grupo.

Las representaciones sociales más específicas, como las actitudes, pueden adaptarse estratégicamente al cambio social y político. Si la identidad social está definida en términos de representaciones sociales compartidas, y si éstas pueden cambiar continuamente, también la misma noción de identidad debería ser una noción más dinámica que estática. Un grupo no es tan sólo una colectividad medianamente estable de gente, sino que se lo definiría también en términos de un conjunto de cogniciones en permanente cambio y sus prácticas concomitantes. La identificación probablemente serías más satisfactorio que el término más estático de “identidad”.

Se plantea el problema de si la identidad social es un sentimiento colectivo. Si se define a las emociones en términos de excitación corporal de algún tipo, entonces una emoción “compartida” implicaría que los miembros de grupo estarían constantemente excitados. Es cierto que uno puede “sentir” fuertemente su propia pertenencia al grupo. El apego emocional  de los miembros hacia un grupo social, frecuentemente observado, puede no ser, como tal, una alternativa a la definición cognitiva de pertenencia al grupo. No significa que dichas emociones, como tales, no puedan ser realmente “compartidas”. Pueden ser conocidas, respetadas y comentadas, y de ese modo son “compartidas”.

Las identidades sociales no necesitan estar, como tales, limitadas al campo cognitivo, sino que también se pueden definir en términos de las prácticas sociales características de los miembros de un grupo, incluyendo acciones colectivas. La identificación de un grupo con, por ejemplo, las manifestaciones parece más probable cuando han ocurrido sólo una o dos veces.

Muchos movimientos nacionalistas tienden a buscar acontecimientos históricos famosos: dada su naturaleza histórica, han quedado inmovilizados como parte de la memoria colectiva y, por lo tanto, califican como un criterio de identificación. Un enfoque más cognitivo enfatizaría que en ese caso los criterios de identificación no son tanto las acciones simbólicas o los objetos mismos, sino más bien su construcción social colectiva, esto es, alguna forma de participación colectiva. La identificación está basada en acciones colectivas u objetos significativos o de naturaleza simbólica.

La identidad social podría incluso fundirse con la cultura de grupo, del mismo modo en que los miembros de una cultura nacional o étnica mayor se identificarán con su cultura. Los grupos sociales en general,y los movimientos sociales en particular, están constituidos por varias formas de discurso intragrupal.

Cognición social


Una teoría cognitiva puede brindar la interfase necesaria para relacionar la dimensión social de las ideologías con sus usos personales. Las ideologías forman la base axiomática de las representaciones sociales compartidas por un grupo y sus miembros, esto es, son conjuntamente fenómenos mentales y sociales. Un análisis cognitivo establece primero la naturaleza de los componentes teóricos de las ideologías. Se puede decir también que las ideologías no son simplemente las “creencias”. Las ideologías no son individuales y no se representan como recuerdos específicos, episódios, o como opiniones personales. El conocimiento es siempre, por definición, relativo, esto es, descrito como de “verdad” relativa a un grupo o a una cultura entera, de acuerdo con los criterios de verdad de ese grupo o cultura.

Si la gente  tiene que aprender, utilizar y eventualmente modificar muchas ideologías en su vida, al menos tantas como grupos a los que pertenece, entonces es preferible que adquiera y use un esquema ideológico especial para hacerlo. La familiar naturaleza polarizada de la expresión de las ideologías, es decir, Nosotros y Ellos, refleja la categoría Posición o relaciones de grupo de tal estructura subyacente.

Varios tipos de modelos forman la base de la acción, el texto y la conversación, y así proveen la interfase que permite que las ideologías se expresen y se reproduzcan. Las ideologías nos son en primer lugar sobre aquello que es verdadero o falso, sino sobre cómo representan las personas sus creencias sobre sí mismas y sobre el mundo social, verazmente o no. El criterio no es la verdad, sino la pertenencia. Agregar una dimensión cognitiva a la tradición filosófica y social y relacionar a ambas con un enfoque analítico más discursivo nos permite diseñar un marco analítico que algún día podrá llevar a una teoría distinta de la ideología.

Los enfoques cognitivos también  son rechazados por la tesis de que son mentalistas y, por consiguiente, opuestos al materialismo.Los análisis social y cognitivo del discurso y la ideología que se ignoran mutuamente, están destinados a producir teorías y análisis incompletos, reducidos o directamente erróneos.

Las ideologías organizan y controlan conocimientos y actitudes de grupo más específico. La falta de teorías complejas para las estructuras de representaciones sociales en general, especialmente de las actitudes es otro problema. Además de los problemas fundamentales de la arquitectura y la organización mentales, una teoría sociocognitiva de la ideología tiene que explicar la adquisición, los usos y la modificación reales. Para resolver los problemas planteados se necesita mirar con más detenimiento las dimensiones sociales de las ideologías, y examinar cómo el enfoque combinado cognitivo y social puede ser validado por un minucioso análisis crítico.

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