28.09 Ricoeur, Ideología e integración – Versión de Vanessa García

Bitácora de la sesión del 28 de septiembre
Versión de Itzel Vanessa García de Jesús

Los puntos que se desarrollaron en esta clase fueron los siguientes:
  1. La polaridad como rasgo fundamental de la ideología
  2. El panorama del modo en el que se entiende la ideología
  3. La funcionalidad de la ideología en la integración

1. El rasgo de polaridad de la ideología

La clase comenzó con la definición simple sobre la ideología como falsa conciencia. Ricoeur hace una comparación entre utopía e ideología y encontró una igualdad en la presencia de la polarización, ya que los dos fenómenos poseen aspectos positivos y negativos. Esta polarización presenta primero lo negativo y en segundo lugar lo positivo. En la ideología, la parte positiva permite una integración colectiva, y el aspecto negativo es la deformación o falsa conciencia. Mientras que en la utopía el aspecto negativo es el pensar esa utopía como una evasión de la realidad y lo positivo es la realización de un diagnóstico de lo real a partir de lo irreal, que podría ser entendido como una crítica a la sociedad efectiva.

La utopía se presenta como un producto de alguien, así que el utópico sí acepta su utopía creada, mientras que en general nadie se adscribe al papel de ideólogo. Uniendo estos dos términos, se podría decir que para criticar la ideología se necesita una utopía (un no-lugar desde el cual decir que algo debe cambiar).

2. Panorama de las interpretaciones ideológicas

Para establecer la polarización de la ideología, se requieren tres conceptos, que son:

  • Deformación: este concepto utiliza como referencia la invención de la cámara fotográfica, pero en específico del fenómeno físico que se produce en la cámara oscura, esto es, la inversión de la imagen. Feuerbach postula que el hombre ha realizado una inversión como lo hace la cámara fotográfica aplicada en el sujeto y predicado, viendo al predicado como el creador del sujeto y no el sujeto el que hace al predicado. Un ejemplo que fue mencionado es el de la religión: “el hombre ha creado a Dios, pero ahora el hombre asegura que es Dios quien creó al hombre”. En términos generales, la función de la deformación hace suponer precisamente algo que se puede deformar, así que se considera como una acción superficial; esta acción previa de deformación (ideas no deformadas) se define como la función simbólica.
  • Función simbólica: esta función es observable en la praxis, la cual se considera como una idea deformada, ya que la praxis está regida por las ideas y desembocan en la creación simbólica. Todo esto nos lleva a decir que no hay acto que no fije una acción simbólica, de manera que para generar la praxis ya existe previamente una idea.
  • Función de legitimación: Para que un individuo tenga acciones, requiere creencias compartidas, pero al afianzarse en ellas justifica las acciones del grupo en el que se encuentra. Al llegar un grupo a la consolidación, las personas tienen que creer en lo que están haciendo;  es como considerar y estar de acuerdo con su lugar en la sociedad. Y aquí se mencionó a Max Weber quien propone tres tipos de autoridad que llegan a legitimar a un grupo: la autoridad tradicional, la carismática y la legal. Así que el mundo en el que se legitima la ideología es a través de la política por medio de un modelo de autoridad, porque todos los sistemas políticos requieren de una justificación que al mismo tiempo los legitima.

3. La ideología como integración

El modelo interpretativo de la deformación ideológica es la actitud de sospecha; después, el modelo de legitimación pretende ser no evaluativo y más bien hacer énfasis en las motivaciones, y por último el simbólico tiene por modelo la conversación, pues inicia con la aceptación de los valores de otras personas, así como la disposición a escucharlas. La última parte de la exposición que realizó el profesor fue para mencionar cuatro puntos destacados sobre Geertz, que son:

  • Toda acción ya es una acción simbólica, esto es que “toda praxis supone creencias”.
  • Existe una comunión entre ideología y retórica: “si toda acción supone ideas, entonces, se postula que estas ideas son básicas para la praxis y las ideologías son fundamentalmente para la acción”.
  • No existen ideologías si no hay una confrontación. Por ende, los pueblos que no están inmersos en la dinámica de la modernidad no tienen ideologías, sino –acaso– formaciones preideológicas.
  • Ideología y poder, “toda ideología es política o tiene implicaciones políticas.”

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