12.09 van Dijk, Ideología y discurso – Versión de Eduardo Eguiarte

Bitácora de la sesión del día 12 de septiembre
Versión de Eduardo Eguiarte Ruelas

La sesión se desarrolló con base en la lectura de Teun van Dijk, Ideología. Una aproximación multidisciplinaria, de los capítulos del 20 al 23. Además, se retomó el último tema de la clase anterior: «relación élite-dominación». Así, la clase quedó dividida en tres partes:

  • Relación élite-dominación
  • ¿Por qué el discurso se convierte en el elemento fundamental para el análisis ideológico?
  • ¿Cómo se producen y cómo se interpretan los discursos?

1. Relación élite dominación


Para dar comienzo oficialmente a la clase, el profesor preguntó qué es un modelo mental. A lo que se respondió que es una representación individual de los acontecimientos. A esto, hizo una segunda pregunta, la cual fue acerca de la diferencia entre modelo mental y representación social. Se vio que la diferencia está en que la representación social es la forma en que un grupo interpreta las cosas, claro, con sus particularidades individuales. Es decir, cada individuo no tiene por sí mismo una interpretación de las cosas; tampoco todos tienen el mismo modelo ideológico implantado. Más bien, entre las representaciones sociales y el individuo está lo que van Dijk denomina modelos mentales.

Comprendido lo anterior, se dio pase al tema en cuestión. Se recordaron las cinco estrategias que los grupos dominantes utilizan para mantener el control sobre las ideologías no dominantes, las cuales son:

  1. Buscar que los grupos no dominados no se coordinen en perjuicio del grupo dominante.
  2. Apelar al individuo de esos grupos no dominados. Con este punto surgieron varias cuestiones. Primeramente, se dijo que el modo de operar de esta estrategia es descartando la acción colectiva, puesto que es a través de la organización grupal la manera en que se puede derrocar al grupo dominante. Después se hizo la pregunta de cómo apelan al interés individual. Gabriel López dio una respuesta acertada: la estrategia capitalista es hacer creer que todos son iguales, pues todos pueden conseguir lo que quieran; sin embargo, sólo los más hábiles lo logran, y los que no lo hacen lo tienen que aceptar. En este sentido, el pobre es pobre «porque quiere serlo», ya que si no lo quisiera no lo sería. De esta manera, se da la mentalidad de «si yo le echo ganas voy a ser como Bill Gates, tendré mi empresa, tendré mis empleados, y dejaré de ser pobre», por dar un ejemplo.
  3. Ocultar las alternativas, es decir, las formas de oposición. La forma en que se ocultan es evitando hablar de las formas de oposición.
  4. Intentar evitar el acceso de los grupos opositores a los medios de comunicación.
  5. Adaptar las ideologías alternas matizadamente. Cómo se hace esto, se preguntó. Melisa Aguilar respondió que haciendo creer al dominado que es tomado en cuenta, para aparentar que sí se le está haciendo caso, aunque eso no sea verdad. Otra compañera dio el ejemplo de las elecciones, cuando a uno le hacen creer que al ir a emitir su voto será tomado en cuenta, aunque la realidad sea otra.

En este mismo sentido, se preguntó si existe una dominación no sólo ideológica sino también física y un sometimiento a los pueblos de América Latina y aun de Norteamérica. La respuesta fue afirmativa. El fin de esto era explicar que de manera discursiva los grupos dominantes se apropian de ciertas reivindicaciones de esos pueblos para desarmarlos ideológicamente. Miguelangel dijo que en México, hay una apropiación de las reivindicaciones de grupos marginados a través de, por ejemplo, la reforma a usos y costumbres, que busca «respetar» la autonomía. A esto, Melisa añadió que el respetar la autonomía de esos pueblos significa, estratégicamente, dejar que se las arreglen solos. Entonces, el profesor completó explicando que el discurso dominante se aísla y desentiende de esos pueblos para mantener el statu quo. Y, desde esta perspectiva, les dice «ustedes son autónomos, entonces a mí no me reclamen cosas de la nación en su conjunto».

Así, se pasó a la explicación de la ideología como sistema de creencias que definen a un grupo, las cuales sólo tienen sentido cuando se encarnan en sujetos. Por esta razón, para que la ideología se mantenga y crezca se busca que haya más miembros de un grupo. Pero ¿cómo aumenta el número de personas que profesan una ideología? Para esto los grupos ideológicos tienen la necesidad de contar con miembros destacados.

Para explicar mejor esto, se hizo el recordatorio de que los grupos dominantes intentan que la ideología como tal no sea evidente, haciendo parecer que las creencias son naturales. Por otro lado, los grupos no dominantes tratan de hacer conscientes a los miembros sobre cómo va el asunto. Ahora bien, tanto los grupos dominantes como los dominados requieren tres pequeños grupos que conforman su élite:

  • Quienes formulan las creencias
  • Quienes son capaces de adaptar los principios ideológicos a las circunstancias, que siempre son cambiantes
  • Quienes difunden los principios, encargándose de que los nuevos miembros conozcan y practiquen la ideología

Subsecuentemente, se abordó un problema entre la ideología y el grupo que tiene el conjunto de creencias. Este fue si la ideología es la que influye sobre el grupo o, al revés, el grupo es el que influye sobre la ideología. En realidad, son ambos: la relación se da de arriba a abajo cuando, por ejemplo, la familia transmite los principios ideológicos al niño, o cuando los medios de comunicación transmiten información con intereses ideológicos. La relación se da de abajo a arriba cuando un disidente expresa una inconformidad y convence a otros de esa misma. En esta parte surgió la duda de si este tipo de relación (de abajo hacia arriba) sólo se da con las ideologías dominadas, a lo que se respondió negativamente. Se dio el ejemplo del capitalismo, que se ha ido transformando de abajo hacia arriba cuando, verbigracia, alguien dijo que era necesaria la libertad de mercado y otros concordaron.

Después, se hizo mención de una distinción entre grupos dominantes y dominados. Si alguien que pertenece a la ideología dominante –por ejemplo, un maestro, que pertenece a una élite intelectual– pregunta cuál es esa ideología dominante, se puede caer en una confusión. Pues parece que no hay una sola ideología dominante, sino un conjunto, y entonces no habría «una» ideología dominante. Por consiguiente, se tiene que ser cuidadoso con esta afirmación.

La imposibilidad de discernir la ideología dominante no significa que ésta no exista, pues está muy bien oculta. Sin embargo, a pesar de que no se puede definir, sí se pueden ver las rupturas del sistema. ¿Cuáles son? Los disidentes. ¿Cómo notar al enemigo? También por el disidente, quien lo hace aunque pueda no tener claridad frente al enemigo.

A continuación, se retomó lo que ya se había mencionado sobre la élite que promueve la ideología. Los dominados buscan hacer conscientes a sus miembros: así, una feminista se une porque adquiere conciencia de las relaciones sociales. Por otro lado, los dominantes buscan que no haya conciencia de la reproducción ideológica. En este sentido, ¿quién pertenece al grupo dominante? ¿El que domina? En primera instancia, podría decirse que si reproduces esa ideología eres parte del grupo dominante. Sin embargo, es más amplio, dado que se puede ser de una ideología dominante mientras no haya oposición. O, desde otra perspectiva, se puede saber de una ideología dominante sólo cuando hay oposición.

La mujer que reproduce el sistema machista pertenece al grupo dominante en tanto nadie de otra ideología (no dominante) la confronte. Cuando hay una confrontación pasa a ser del grupo dominado. Flor Mayén preguntó qué pasa cuando la mujer es consciente de su situación pero no puede hacer nada. La mujer, como el obrero y cualquier grupo dominado, sólo puede transformar su opresión colectivamente.

Así, para finalizar este punto se dijo que el hecho de que exista una ideología dominante significa que hay una ideología no dominante. Y algo importante es que el pertenecer al grupo dominante no implica estar beneficiado, pues en las ideologías que ostentan el poder no todos los miembros se ven favorecidos.

2. ¿Por qué el discurso se convierte en el elemento fundamental para el análisis ideológico?


Se partió de la pregunta sobre cómo se puede analizar una práctica social para ver la ideología subyacente. En primer lugar, se tiene que saber que el discurso es una práctica social, pero no la única. Es decir, la fotografía y la pintura son otras prácticas sociales, las cuales pueden expresar ideologías. Sin embargo, una foto o un cuadro sólo son analizables cuando se puede expresar de alguna manera la creencia que hay detrás de esas prácticas sociales, lo que sólo se puede hacer verbalmente. En suma, a pesar de que existen múltiples prácticas sociales, fundamentalmente éstas son analizadas de forma verbal. En este sentido, es a partir del discurso que se puede acceder a las creencias del grupo; con otras prácticas sociales sólo se pueden inferir.

Teun van Dijk plantea que el discurso se dice de dos maneras: a) en sentido extendido, donde toda forma de comunicar es un discurso. b) En sentido restringido, que se divide en dos: texto concreto, que son aquellas expresiones que se realizan en un tiempo y lugar; y el texto abstracto, que sería una estructura gramatical.

En la clase nos enfocamos al texto concreto, del cual existen dos tipos: tokens, que son los casos únicos, lo que significa que la interpretación está en función del contexto y tienen unidad, coherencia y límites. El otro sentido restringido de discurso son los types, prototipos de eventos comunicativos.

3. ¿Cómo se producen y cómo se interpretan los discursos?


La producción ideológica se da en un sentido discursivo. Previamente, se tiene alguna estructura superficial del discurso que denota elementos ideológicos. Estas estructuras superficiales pueden ser:

  • Elementos gráficos. El hecho de que una noticia aparezca en ocho columnas, o que aparezca en la sección de sociales cambia la percepción del lector.
  • Elementos de sonido. Cuando se va a un restorán, se le habla al mesero con cierta entonación; cuando se está en clase se habla con otra entonación, lo cual tiene que ver con cargas ideológicas.
  • Sintaxis. Ésta tiene especial relevancia entre las estructuras mencionadas, ya que, por ejemplo, al hablar del «nosotros» hay implícita una forma de búsqueda de pertenencia. O, al decir «se dice» o «se cree» o «se sabe», hay un sentido de ideología también, pues se habla de sentido común.

Sin embargo, hay un cuarto elemento donde fundamentalmente radica el análisis del discurso: la semántica. Para comprender esto se tiene que saber qué significa «significar». El significado no es lo mismo que el referente en un discurso, pues es contextual, mientras que el referente es el objeto que no existe para el discurso más que para el discurso. Para van Dijk, el significado se construye en la mente, aunque no depende de ésta.

Así, es justamente en la léxica donde se manifiesta la ideología. Es decir, hay una carga ideológica en el empleo de ciertos términos, a saber, ahora se tiene que hablar de alumnos y alumnas, hombres y mujeres, etc. De igual manera, los tópicos que se tratan o no en los discursos tienen una carga ideológica, pues puede haber o no un ocultamiento de información. Desde esta perspectiva, lo que no se habla en el discurso, habla por sí mismo. Por ejemplo, si se tiene una columna en el periódico en la sección de política y no se habla de las pruebas que hay respecto al fraude electoral, esto tiene un carga ideológica.
En suma, cuando se habla del significado, éste se puede analizar –desde una perspectiva simplista– a partir del significante. Esto es, cuando se dice casa, éste es el significante, y el significado será la imagen que se hace el receptor de la casa. Van Dijk agrega a esta relación un tercer elemento, el cual es la «acción». Con esto se dice que para saber cómo el hablante entiende la casa, se tiene que intentar pensar como él lo piensa, para lo cual se requiere saber qué pasa por su mente, y para ello se tiene que apelar al contexto. Al llegar a este término, el profesor anunció que esto se analizaría en la siguiente sesión, concluyendo de esta manera la clase.

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