9.11 Žižek, Lo que digo y lo que quiero decir – Versión de Gabriel López

Bitácora de la sesión del 9 de noviembre de 2012
Versión de Gabriel López Hernández

Al principio de esta sesión, el profesor entregó los trabajos revisados del esquema del ensayo final a cada uno de nosotros y señaló los errores que encontró en ellos. Para resolverlos propuso desarrollar un esquema en conjunto, en el que utilizamos de ejemplo el trabajo de Darío Cruz. Lo que se rescató de este ejercicio fue lo siguiente:
  • Que debemos responder claramente a la pregunta del ensayo en la síntesis de éste
  • Que en la síntesis deberá explicarse brevemente bajo qué fundamentos se sostiene nuestra hipótesis
  • Que la síntesis al ser leída, se pueda comprender el orden de nuestro esquema (que haya correspondencia)
  • Que la importancia de los temas a desarrollar en el trabajo se justifique para comprender nuestra hipótesis general
  • Que la utilidad de plantear un ensayo mediante un esquema, aparte de que nos ayuda a ordenar nuestras ideas, en consecuencia, resulta más fácil desarrollar los tópicos que queremos abordar.

Posteriormente, seguimos con la ronda de preguntas acerca del capítulo 6 "No sólo como sustancia, sino también como sujeto" del libro  El sublime objeto de la ideología de Slavoj Žižek. Se aclaró que el proceso de simbolización es el proceso de creación de significantes y que puede haber significantes que no tienen significado, que más bien son significantes de ciertos significantes. También que lo bello y lo sublime se oponen, ya que lo sublime es algo que nos desborda, mientras que lo bello es aquello que logramos representarnos. Y sobre la muerte natural y simbólica (que tenía que ver con la sesión previa): la primera se sobreentiende mientras que la segunda tiene que ver con asignar una valoración simbólica a la muerte material de alguien y que, por ello, es distinta de la natural. Para entenderlo mejor se dieron ejemplos, como el de los mineros en Pasta de Conchos, el destierro de una persona que pertenecía a una tribu y los fantasmas.

Después se desarrolló la exposición del profesor que fue dividida en tres puntos temáticos:

1.- La imposibilidad de lo real


Kant postula que bajo ninguna circunstancia el sujeto va a conocer a los objetos “en sí” mismos (que él denomina “nóumeno”), pues sólo podemos conocer de ellos sus apariencias (fenómeno), porque el intelecto solamente puede aprehender del objeto lo que aparece de él. Sin embargo, Hegel dice que si del objeto uno abstrae sus características/apariencias y queda entonces el objeto “en sí”, más bien lo que queda, es el propio pensamiento del sujeto, es decir, la experiencia de la pura negatividad (que la esencia del objeto, se puede mostrar diciendo lo que no es el objeto).

2.- La ruptura interna del ser humano a partir de lo real imposible


La ruptura interna que hay entre lo que digo y lo que quiero decir, se puede encontrar en el halago (que significa hacer una serie de afirmaciones que buscan quedar bien con alguien). Žižek realiza una lectura de este, que es la hipócrita y que comprende el acto de fingimiento. Cuando decimos ‘x’ y en realidad queremos decir ‘~x’, quien está siendo verdaderamente víctima del fingimiento somos nosotros mismos. Como el ejemplo de aquél que dice que sus convicciones son firmes e intactas y después de que en algunas ocasiones llega a contradecirse en sus actos (halago), sigue afirmando lo anterior: es sincero en renunciar a sus convicciones.

3.- La “reflexión”


Por último, se habló de la reflexión, que Žižek divide en tres formas, que son:
  • Reflexión postulativa. Que sería la reflexión más inmediata que nos permite el objeto. Que interpreta de primera voz al objeto (v.g. “Sófocles lo que quería decir era…”).
  • Reflexión externa. Que consta en buscar los presupuestos, apariencias (v.g. “¿cómo está determinado históricamente?”, etcétera).
  • Reflexión determinada. Que no existe la cosa “en sí” misma porque se desvanecería. Como el ejemplo de Žižek, de la madre que sacrificaría cualquier cosa por sus hijos menos el propio sacrificio, porque constituye su identidad y de ser quitado de ella, automáticamente ella desaparecería.

Por lo que el sujeto que se constituye a partir de las prácticas ideológicas, al llegar a ser desenmascarado, no quedaría nada de él. Y nos encontramos en la paradoja de que todo depende de uno, pero aun así, uno no puede hacer nada.

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