19.10 Žižek, La matrix y el desierto de lo Real – Versión de Liliana Cruz

Bitácora de la sesión del 19 de octubre de 2012
Versión de Liliana Cruz Vallarta
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La sesión de hoy se dividió en tres apartados, comenzando con una ronda de preguntas sobre las dudas que surgieron sobre el texto "The Matrix, o las dos caras de la perversión" escrito por Slavoj Žižek. A continuación se retomó el texto de la sesión pasada, Ideología y utopía de Karl Mannhein, para concluir su análisis. Y para finalizar la sesión se analizó el texto de Slavoj Žižek. En esta ocasión algunas de las preguntas que se presentaron fueron las siguientes:

Vanesa García preguntó sobre el ejemplo de Kant acerca de lo real y lo nouménico. La respuesta a esta pregunta es un tanto extensa ya que para contestarla se tuvo que hablar sobre Kant, Hegel y Žižek. Hemos estudiado el tema de la ideología y este tópico que venimos desarrollando tiene el sentido o ha tomado el sentido, en primer lugar, de descubrir que las ideas de alguna manera nos determinan, pero esta determinación de las ideas tiene ya un cierto rumbo porque las ideas que nosotros tenemos acerca de lo real –o en términos abstractos las ideas que el sujeto se hace del objeto– no son las que el objeto está emanando sobre el sujeto, sino que entre el objeto y el sujeto hay algo intermedio. Podemos llamarlo, como en algunos momento lo hace Žižek, «pantalla», o podemos también llamarlo «apariencia».

Anteriormente con Descartes (en el siglo XVII), ya  se habían visto algunas alusiones a este esquema, donde el sujeto incide sobre lo que se percibe. Si recordamos la duda metódica, donde primero ponemos en suspenso todas las creencias, dudamos de los sentidos, dudamos si estamos soñando, dudamos si un genio maligno está controlando todo, eso es ya invertir de alguna manera que la única certeza que tiene el sujeto es que en tanto piensa existe: esto es, que el sujeto determina de alguna manera el objeto posible de conocer. Kant retoma esta discusión acerca de cómo conocemos y qué es posible conocer, y establece que el sujeto cuando se aproxima a un objeto solamente puede conocer lo que aparece del objeto: eso que aparece se llama «fenómeno», y aquello que sustenta al fenómeno, que posteriormente Hegel llamará «lo en sí», eso se llama «noúmeno». Lo «real» es el mundo nouménico. Las cosas que podemos conocer son «en sí mismas» (es decir, «independientes» de que yo las perciba), pero no se puede conocer lo «nouménico». Una mesa, esta mesa, es «real», sí, pero yo de la mesa sólo conozco su apariencia, esto es, su manifestación fenoménica. Yo no puedo, por así decirlo, conocer el interior de la mesa, ya que eso sería lo «nouménico». A lo real de la mesa (lo que la mesa «es», aparte de lo que a mí me parece) no se puede acceder.

Žižek afirma que Kant estaba equivocado, pues no es que nosotros simplemente no podamos acceder al noúmeno, sino que la eliminación de la pantalla es también la eliminación de la cosa misma. Kant decía que solo conocemos lo fenoménico porque el sujeto que conoce tiene ciertas estructuras para poder acceder al objeto, y en la medida en que tiene esas estructuras condiciona lo que se puede conocer acerca del objeto. Hay dos tipos de estructuras: la primera son las estructuras empíricas: para conocer este pizarrón, necesito tener una experiencia visual o táctil, etc. Una condición empírica será, por ejemplo, la iluminación. La segunda sería la trascendental, la cual me permite conocer cualquier objeto. Las estructuras trascendentales del sujeto son el espacio y el tiempo.

Para Hegel, en cambio, no tiene sentido esta distinción de dualidad entre el sujeto que conoce y el objeto cognoscible ya que el sujeto se relaciona hacia algo a partir de una pantalla, es decir, el sujeto que conoce. En Žižek uno de los temas más complicados será estar hablando de lo real. El sujeto se relaciona hacia algo a partir de una pantalla, es decir, el sujeto busca conocer algo y ese algo que conoce es una pantalla, pero lo que busca conocer el sujeto no es la pantalla, sino el «en sí» del objeto. Habría tres términos en esto: uno sería el sujeto, que somos nosotros, otro la pantalla que media y el tercero sería lo "en sí".

Otra pregunta que surgió respecto al texto de Žižek fue: ¿qué es la institución cero? La institución cero es la condición de posibilidad de los disensos. La institución cero está en relación con el ejemplo de los mapas de las dos mitades de los winnébago. La institución cero es la ideología, algo que tan evidente que no nos percatamos de ella.


Planos de la aldea winnébago, según los informantes de la mitad
superior e inferior respectivamente.
Figs. 6 y 7 en C. Levi-Strauss, Antropología estructural,
Barcelona, Paidós, 1987.

Para continuar con la sesión se retomó el texto de la clase anterior, Ideología y utopía de K. Mannheim, con la pregunta: ¿Qué características podríamos nosotros identificar de la sociología del conocimiento? Una sociología del conocimiento lo que busca es destacar el marco social del conocimiento, es decir, mostrar cómo en toda producción de ideas, en toda producción intelectual, existe una relación por determinar con su momento histórico. Mannheim dice que no va a especificar el grado en que inciden directamente las condiciones sociales sobre el pensamiento porque tal determinación requiere un estudio empírico para cada caso. Por ejemplo: si quiero saber cómo influyó la cercanía con el movimiento nacionalsocialista en el pensamiento de Carl Smith, debo ir al caso específico. No se puede determinar a priori, es decir, antes de elaborar una investigación.

La sociología del conocimiento se caracteriza por el modo de plantear un problema. Cuando se tiene una discusión se puede tener en diferentes órdenes:
  • Una discusión donde no hay discusión, es decir las personas que están platicando en realidad comparten los mismos puntos de vista y las mismas condiciones sociales. Esta es la situación «idónea», donde se desarrollan las amistades y se puede esquematizar así: A – A.
  • Una segunda posibilidad es donde no hay una empatía, es decir una pertenencia a los mismos grupos sociales. Se trata ya de una disputa entre personas del mismo estrato social pero pertenecientes, por ejemplo, a distintas profesiones. Esto nos va a llevar a una confrontación respecto a un tema determinado respecto a tópicos específicos y se puede esquematizar así: A y B difieren respecto de X.
  • Se puede entonces hablar de una tercer forma de discusión entre personas de diferente estrato social y diferentes profesiones, entonces el modo de comprender las cosas ya va a ser más radical. Lo que podemos hacer, tal como lo plantea Mannheim, es hablar de cosas que no competan a nuestro ámbito de conflicto. Lo que distingue a este tercer grupo de personas son sus diferencias socioeconómicas, y en este grupo se pueden hacer dos cosas: por un lado, podemos discutir sobre algo que a ni a unos ni a otros afecta en sus diferencias, por ejemplo, el fútbol o el clima: vamos a hacer como si no hubiera diferencias. Su esquema podría ser así: A y b discuten respecto de X (para no discutir respecto de lo que constituye la raíz de sus diferencias).

La otra opción, que es la que le interesa a Mannheim, es la de la confrontación. Es decir, buscar y descubrir cuál es el origen de nuestros desacuerdos. Aquí habrá un grado progresivo de desacuerdo, que sólo podrá ser descubierto por medio de la sociología del conocimiento cuando descubrimos que nuestro desacuerdo no es en torno a temas de poca relevancia como lo es el futbol. Esto sólo se logrará adquiriendo «perspectiva», es decir, logrando tomar cierta distancia con los puntos de vista que se consideran «naturales». Esto se puede ilustrar con el ejemplo del joven campesino, quien se da cuenta, al llegar a la ciudad, que unos piensan de una manera y otros de otra: toma distancia respecto de lo que pensaba antes y de lo que piensan los que ahora lo rodean. Esta distancia es la perspectiva.

Se adquiere perspectiva por tres razones: la primera, por el cambio social, el cual puede ser en dos direcciones: el horizontal y el vertical. El primero se refiere a cambiar de profesión,  pero manteniendo el mismo estrato social, mientras que el vertical, el cual es más importante, se refiere a un cambio de posición social. La segunda opción para adquirir perspectiva es cuando una normatividad social comienza a ser inoperante, es decir, cuando una norma social deja de tener una efectividad inmediata en el conjunto de lo social. La tercera opción sería cuando en la propia sociedad se crean conflictos de interpretaciones que llevan a un conflicto social.

Lo que busca la sociología del conocimiento  es mostrar que todas las perspectivas son perspectivas. Y es por eso que puede ser calificada como una especie de «relacionismo». En este punto es importante aclarar la diferencia entre relacionismo –el cual intenta mostrar que todo conocimiento está en función de su momento histórico, incluso la propia sociología del conocimiento– mientras que el relativismo significa que no hay verdades absolutas, esto quiere decir que cada quien tiene su verdad, donde cada cabeza es un mundo. El problema de afirmar que nada es verdad, excepto esta afirmación, es que implica una contradicción performativa, puesto que el relativismo no acepta verdades absolutas.

La sociología del conocimiento afirma que todo conocimiento es relativo en el sentido en que relaciona ciertos acontecimientos con ciertas proposiciones. Una cuestión importante sería la subordinación de la epistemología a las ciencias, tomando en cuenta que la definición de epistemología es la ciencia que dice cómo se estructura el conocimiento. Mannheim se pregunta si la epistemología dirige o no a las ciencias y si está por encima de las ciencias, es decir: ¿será anterior a las ciencias o se alimentará de los productos de las otras ciencias? Hubo un periodo en el que se creía que la epistemología dirigía a las ciencias. Sobre todo está considerando el positivismo. Bajo las premisas positivistas lo que cuenta no es la especulación teórica, la premisa básica del positivismo es basarse en los hechos. El problema del positivismo es que, en favor de lo cuantitativo va a perder lo cualitativo. Lo que va a cuestionar Mannheim es cómo se están construyendo los hechos y para quién son hechos, pues para las ciencias naturales parecerá que el criterio de verdad ya está determinado mientras que lo cualitativo, la interpretación de conjunto, es inferior.

La dirección de la sociología del conocimiento está en dos sentidos:  uno, acentuar las determinaciones, es decir, poner énfasis en que todas la teorías, todos los conocimientos están en función de un orden social. La segunda sería la tendencia no sólo de la sociología del conocimiento, sino de la sociedad entera: superar las diferencias entre los individuos, y esto será gracias a la amalgama social. La visión de Mannheim nos ayuda a tener un panorama sobre el problema de la multiplicidad de las perspectivas de acuerdo con lo que veníamos estudiando de las ideologías de cómo estas descalificaban al contrario. Mannheim muestra que intentar separar y tratar de mostrar una perspectiva imparcial es problemático: problemático siempre que se consideren las cosas desde una perspectiva estática y no dinámica, entendiendo dinámica como relacional. La dificultad de fondo es la multiplicidad de perspectivas, es decir, que existen varias formas de ver el mundo y todas buscan ser válidas. La forma que encuentra Mannheim de resolver este problema es otorgando una pequeña parte de veracidad a cada perspectiva para así lograr una síntesis global.

Para abordar el texto asignado a la sesión de este día, se desarrollaron tres apartados:
  • El planteamiento de la problemática al interior en este capítulo
  • La Matrix como el Gran Otro
  • Lo real

Žižek prefiere no ver Matrix desde un punto de vista de los filósofos puesto que ven en la película lo que les conviene, como un tipo de test Rorschach. Se queda con la interpretación de su compañero de asiento en la sala de cine, con todo y sus molestos y un poco tontos comentarios. Lo que llama la atención a los intelectuales es que haya algo que nos esté controlando y del cual nosotros no seamos conscientes. Es análoga a los iconoclastas, quienes se oponían a la idolatrización de las imágenes. En la película parecería que hay una transformación iconoclasta por la gran exaltación de las imágenes, porque el mundo se transforma en un sistema binario (el cual es el único lenguaje que reconocen las computadoras). También se puede entender como un mundo que encierra nuestra perspectiva y que no nos permite ver más allá, de una manera paranoica. Hay  otras películas que juegan con este ingrediente, la paranoia, como la película de El show de Truman, ejemplo citado en el texto de Žižek.

The Matrix hace suponer que hay un afuera y al hacer esto está suponiendo que hay dos realidades: por un lado, la «realidad» (falsa) del universo simbólico, que es una mentira, y, por otro, lo que está fuera de la Matrix, que es «el desierto de lo real». El universo simbólico o ideología es todo aquello que nos dice que el mundo es de determinada manera cuando no «es» así. Si logramos desatarnos de las ideologías podremos alcanzar el mundo de lo real, alcanzar la cosa en sí. La pregunta que deberíamos hacernos es si podemos ver las cosas «como son». La verdad radicaría en «lo que veo», no en «lo que me dicen». El profesor planteó entonces una pregunta: ¿podemos ver «directamente» las cosas, sin los «discursos»? El problema sería que para poder identificar un objeto debo compararlo con los objetos que conozco y gracias al conjunto de conceptos puedo distinguir un objeto de otro para así poder nombrarlo y al mismo tiempo tener la capacidad de clasificar en objeto conocido y objeto desconocido. Identifico, por ejemplo, un «ovni» (objeto volador no identificado) porque he descartado previamente que se trate de un pájaro, de un avión — o de superman.

El término «el Gran Otro» es lacaniano, y debemos entender a la Matrix como «el Gran Otro» en el sentido de que es el orden simbólico, es decir, aquello que nosotros creímos que era lo real  pero no lo es por la manera en que estructuro lo real. Pero lo real sólo tiene sentido si solo puedo acceder a él a partir de un orden simbólico. Por eso la Matrix entendida como el gran otro es análoga a la paranoia. 

El sistema de la matrix en la película no es el Gran Otro, pues falla en postularlo como el hueco que permite todas las relaciones. El Gran Otro no existe porque el Gran Otro debe ser coherente. La locura no es objetiva sino contextual, ya que por medio de algunos criterios se determina que está loca porque no se apega a  las reglas de «lo normal». Un loco confunde el orden simbólico con lo real. ¿Qué es lo real? Žižek dice que Kant está equivocado mientras que Hegel está en lo correcto: Hegel muestra que entre nosotros y lo real existe una pantalla, esa pantalla es la que se identifica con lo real porque es lo en sí del objeto. Žižek sostiene que no hay nada «real» detrás de las apariencias: lo que sí existe es lo real de las apariencias y es por esto que los enfrentamientos siempre son dentro de la Matrix y no fuera de ella.

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